Estrés y aumento de peso: ¿Por qué es tan difícil adelgazar?
Descubre la relación entre el estrés y el aumento de peso. Hormonas, cortisol, antojos de azúcar... aprende por qué es tan difícil perder peso en momentos de estrés y cómo remediarlo.
BLOGSALUD
12/13/20243 min leer


¡Ah, el estrés! Este flagelo cotidiano que impacta no solo nuestro bienestar mental, sino también nuestro físico. ¿Estás intentando perder peso, pero el estrés parece sabotear todos tus esfuerzos? ¡No estás solo/a! En este artículo, vamos a descifrar los mecanismos que vinculan el estrés y el aumento de peso, y te daremos las claves para finalmente recuperar el equilibrio y alcanzar tus objetivos de adelgazamiento.
El estrés, un verdadero enemigo para la línea
El cortisol, hormona del estrés y del aumento de peso
Cuando el estrés se instala, nuestro cuerpo libera cortisol, una hormona esencial para nuestra supervivencia. ¿El problema? Un nivel de cortisol alto y crónico favorece el almacenamiento de grasas, especialmente a nivel del vientre. Este fenómeno se acentúa por:
Aumento del apetito: El cortisol estimula la producción de grelina, la hormona del hambre, y disminuye la de la leptina, la hormona de la saciedad. Resultado: tenemos más hambre y nos sentimos menos saciados.
Antojos de dulce y grasa: En situaciones de estrés, nuestro cerebro busca consuelo en alimentos ricos en azúcar y grasa, que activan el circuito de la recompensa.
Alteración del sueño: El estrés altera el sueño, y la falta de sueño aumenta la producción de cortisol y favorece el aumento de peso.
El estrés, un círculo vicioso para la pérdida de peso
El estrés también puede impactar la pérdida de peso de manera indirecta:
Falta de motivación y energía: El estrés agota nuestros recursos mentales y físicos, lo que puede desmotivarnos a la hora de hacer deporte o cocinar comidas saludables.
Alimentación emocional: Recurrimos a la comida para gestionar nuestras emociones (ansiedad, tristeza, frustración), lo que puede conducir a compulsiones alimentarias y al aumento de peso.
¿Cómo romper el círculo vicioso del estrés y el aumento de peso?
Domar el estrés para gestionar mejor el peso
Técnicas de relajación: La meditación, el yoga, la respiración profunda... tantas técnicas que ayudan a reducir el estrés y a gestionar mejor las emociones.
Actividad física: El ejercicio físico es un excelente medio para luchar contra el estrés y quemar calorías.
Sueño de calidad: Dormir lo suficiente y adoptar una buena higiene del sueño para regular el cortisol.
Alimentación equilibrada: Priorizar una alimentación rica en frutas, verduras, proteínas y fibra para estabilizar la glucemia y evitar los antojos.
Adoptar un enfoque holístico
Consultar a un profesional de la salud: Un médico, un nutricionista o un psicólogo pueden ayudarte a identificar las causas de tu estrés y a poner en marcha soluciones personalizadas.
Escuchar a tu cuerpo: Aprende a reconocer las señales de hambre y saciedad, y a comer con atención plena.
Cultivar la positividad: Rodéate de personas positivas y practica la gratitud para mejorar tu bienestar general.
FAQ
P: ¿Todos los tipos de estrés engordan?
R: No, el estrés agudo (a corto plazo) no tiene el mismo impacto en el peso que el estrés crónico (a largo plazo).
P: ¿Cuáles son los alimentos que se deben priorizar para gestionar el estrés?
R: Los alimentos ricos en magnesio (chocolate negro, almendras), en omega-3 (pescados grasos) y en vitamina B (verduras de hoja verde) son conocidos por sus efectos beneficiosos sobre el estrés.
Conclusión
El estrés es un factor importante a tener en cuenta cuando se desea perder peso. Aprendiendo a gestionar el estrés y adoptando un estilo de vida saludable, puedes romper este círculo vicioso y alcanzar tus objetivos de adelgazamiento. No olvides que la paciencia y la benevolencia hacia uno mismo son esenciales en este proceso.